Después de 90 años de espera y de luchas, el Estado peruano salda una deuda histórica con las mujeres peruanas y promulga el Protocolo para el aborto terapéutico, aquel que se practica "cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente", según establece nuestro Código Penal desde 1924. 

Se trata de una herramienta que va a permitir salvar la vida de decenas de mujeres cada año. 

Sin embargo hay quienes se oponen a esto, hay quienes siguen creyendo que las mujeres no tenemos derechos, ni siquiera derecho a la vida, que somos sacrificables úteros andantes; lo creen y, lo que es peor, lo predican en nombre de Dios. 

Cipriani no arderá en el infierno, como él prácticamente se lo ha vaticinado a la Ministra de Salud por promulgar este protocolo; no arderá en el infierno porque el infierno no existe, pero la historia lo juzgará, tarde o temprano, por su nefasto papel contra la emancipación y reconocimiento de los derechos de las mujeres. No permitamos más que este personaje, que dice que las mujeres estamos para "velar por que la ropa esté limpia", interfiera en las políticas públicas.

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Aquí una entrevista en Canal N (30/06/14) sobre las críticas al reglamento del aborto terapéutico. Aclaro que pertenezco al Frente Amplio, y a la bancada Acción Popular-Frente Amplio y no a la de Unón Regional, como indica erradamente el cintillo de Canal N.