Uno de los momentos más indignantes que me ha tocado vivir en el Congreso
La "discusión" del dictamen que se convertiría luego en la ley 30151, la consagración del uso desproporcionado de la fuerza policial y de la impunidad en el Perú.
Nunca olvidaré la noche en la que se puso a reconsideración el dictamen que luego se convertiría en la ley 30151 que otorga impunidad a los efectivos policiales que usen sus armas contra civiles.
Fue uno de los momentos más indignantes que me ha tocado vivir en el Congreso. Era cerca de la medianoche y ya todos se disponían a retirarse, tras una jornada de 15 horas. Fue el momento que eligió el Presidente Otárola para poner a debate un tema que tenía que ver con la vida, la justicia, la democracia. Le dio 3 minutos -sí, 3 minutos- al congresista Rimarachín para que sustentara - a nombre de AP-Frente Amplio- las razones por las cuales había que anular la ley antes de que fuera promulgada. Fue imposible.
Ir directo al minuto 21, cuando ocurren los hechos que comento, clic aquí.La mayoría de congresistas fue absolutamente indiferente, solo reclamaba por la hora y hasta se oyeron sórdidas risas desde la bancada fujimorista.
"Se plantea la reconsideración con el objeto de que el Congreso no cometa el error de autorizar por ley el uso indiscriminado de armas letales contra la población", dijo entonces el congresista Rimarachín, obteniendo por respuesta los gritos de los congresistas fujimoristas.
"Si van a autorizar por una ley el uso de armas letales están autorizando ustedes para que maten a sus electores. No vayan al pueblo a pedirles su voto ni vayan a decirles que apoyan esa demanda y después acá aprueban el poder hacer uso los policias de esas armas letales contra una manifestación", insistió Rimarachín, entre los llamados al orden que debió realizar la Mesa directiva ante el comportamiento de la bancada fujimorista.
No nos dejaron hacer uso de la palabra, no hubo debate, solo gritos y expresiones sarcásticas denigrando el valor de la vida. Pensé en esos 5 cajamarquinos asesinados durante el conflicto por el proyecto Conga, pensé en los 2 espinarenses que recibieron disparos al cuerpo durante el conflicto por la contaminación minera en la zona. Pensé en sus deudos... y vi a un Congreso que no los representaba, ni de lejos.
Al final solo 7 votamos a favor de anular esta ley que, más allá de sus efectos jurídicos, simboliza la consagración de una cultura de violencia e impunidad en nuestro país. Es urgente derogarla.
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