Tres multitudinarias marchas después y las incongruencias y verdaderas intenciones de la llamada ley Pulpín puestas al desnudo, el gobierno persiste en defender lo indefendible, pretendiendo descalificar a quienes se movilizan tildándolos de manipulados o de poco informados, apelando convenientemente al cuco MOVADEF para criminalizar a los jóvenes. Ese empecinamiento revela claramente que lo que está en juego es más que una ley, esta es solo un ápice de los múltiples “paquetazos” normativos que se han venido dando a gusto y antojo de los lobbies empresariales. 

Recordemos que en julio 2014 con el pretexto de reactivar la economía se recortó funciones al Sector Ambiente para establecer límites de contaminación o zonas reservadas, se redujo plazos para revisar los estudios de impacto ambiental, se redujo el monto de las multas a las empresas y se facilitó la expropiación de facto de territorios de comunidades indígenas que no estén tituladas (que es el caso de la mayoría de ellas) para facilitar las inversiones.

En las mismas fechas y con la misma argumentación falaz se redujo también competencias a la Sunafil, sí, esa que se supone va a garantizar que las empresas no abusen del nuevo régimen laboral juvenil. Se define un periodo de tres años durante los cuales la Sunafil deberá “llamar la atención” de las empresas antes que multarlas y si -solamente en caso muy grave- decide aplicar multa esta viene con rebaja de 75%.Luego, en diciembre, las comisiones de economía y trabajo del Congreso han aprobado una norma en la que se establece que el MEF y Produce se incorporarán al Consejo directivo de la Sunafil, ¡los abanderados de la flexibilización laboral en el seno de la entidad encargada de garantizar los derechos laborales! Se recorta funciones a los inspectores laborales, se facilita los ceses colectivos y se promueve para tales efectos el mecanismo de negociación directa entre trabajador y empleador, saltándose a los sindicatos, única garantía de negociaciones equitativas.

Pero la cereza sobre el pastel es un proyecto de ley del Ejecutivo que pretende darle poder omnímodo al MEF a través del “Equipo de seguimiento a las inversiones” el cual sería dotado de gerencias, recibiría la facultad de realizar “cualquier acción que sea necesaria” (sic) para que un proyecto de inversión obtenga todos los permisos necesarios y a la cual las entidades públicas deberían reportar mensualmente bajo responsabilidad (sic). Una suerte de gabinete paralelo al mando del MEF.

Como vemos, no es solamente un régimen laboral lo que está en juego, es un modelo de desarrollo en el que todo -derechos laborales, ambientales, derecho a la salud, a la protesta, al territorio indígena…- se supedita al crecimiento económico. Ese modelo ya no da más, los miles de jóvenes que han salido a las calles a lo largo y ancho del país lo han expresado claramente. Y que ellos, los jóvenes, sean los principales protagonistas de este momento histórico es revelador: vienen tiempos de cambio… Bienvenido 2015.

Verónika Mendoza

Publicado en DIARIO UNO: http://diariouno.pe/columna/mas-alla-de-la-ley-pulpin/